En mi artículo anterior acerca de la conveniencia de comprar buenos instrumentos usados, mencioné algunas ventajas que tiene esa opción. Sin embargo, para que dicha compra suponga un beneficio y no un dolor de cabeza, es necesario hacer una evaluación adecuada del instrumento que se piensa comprar.
A diferencia de la compra de un saxofón nuevo, donde uno sabe que no debería haber grandes sorpresas (al menos en las marcas de mejor calidad), cuando uno se enfrenta a un instrumento con historia de uso, es necesario examinar bien y tener muy en cuenta el precio de compra antes de tomar la decisión. Por ejemplo, si tengo frente a mí un buen saxofón pero con algunas zapatillas en malas condiciones o a punto de necesitar un cambio, lo que debo evaluar es si el precio de venta sumado al de dicha reparación sigue haciendo de esa una compra conveniente. Es decir, que sea necesario hacer uno o dos ajustes no debería ser motivo de rechazo del instrumento, a menos que esté en su precio tope.
Es importante destacar que siempre deberías tratar de conseguir el mejor saxofón que permita tu presupuesto. Un instrumento en malas condiciones afecta a tu aprendizaje, a tu técnica y también a la motivación que puedas tener: es muy difícil perseverar si tienes un saxofón que no responde adecuadamente.
Un punto importante es que la evaluación se debería siempre realizar con tu boquilla y caña, con las que te sientas cómod@ y conozcas bien, de manera que efectivamente se evalúe al instrumento y no dichos accesorios, pues habitualmente las boquillas que vienen con los saxofones de segunda mano no son profesionales o pudieran no ser adecuadas al estilo y manera de tocar de cada un@.
No olvidar: en http://www.facebook.com/saxosyflautas tenemos algunos saxofones que ya han sido chequeados y puestos a punto para ser tocados y disfrutados.
CRITERIOS DE RECHAZO
Primero, veamos cuándo es mejor no evaluar la compra de un saxofón de segunda mano. Para mí algunos criterios de rechazo inmediato son:
- Abolladuras severas en el tudel o en la parte alta del instrumento: afectan de manera importante al sonido y habitualmente son difíciles y por tanto caras de reparar. Las abolladuras pequeñas en la campana o incluso en el codo del instrumento, en tanto no dificulten el cierre de ninguna zapatilla, tienen más una desventaja cosmética que de funcionamiento.
- Tudel inexistente o de otro instrumento: el tudel es una de las partes más importantes del instrumento en cuanto a afinación y sonido, de manera que prefiero pasar de los “Frankenstein” en este punto. Mención aparte es el caso de los instrumentos de gama alta, en que los fabricantes a veces producen tudeles especiales para ellos.
- Cualquier rotura en el tubo del instrumento. Si hay algún parche o soldadura, sólo se justificaría en caso de que esté a un precio realmente increíble.
- Señales de corrosión severa.
- Relacado. Hay una gran controversia respecto de la utilidad o daño de relacar un saxofón. Personalmente, prefiero unas cuantas rayas, desgaste o marcas de uso a una intervención de esa magnitud en un buen instrumento.
- Tubo torcido. Por alguna razón, esto es más frecuente en algunos sopranos que aparentemente fueron muy mal utilizados.
En el caso de instrumentos de prestigio reconocido (Yamaha, Selmer Paris, Yanagisawa), no debería haber problemas con producir un Fa# (es decir el La real a 440hz), con una boquilla decente en algún punto cómodo del corcho del tudel. Si esto no ocurre, es necesario examinar detenidamente, porque nos podríamos encontrar con un tudel intervenido, no original, o algún problema mayor en el instrumento.
Si el saxofón pasó los primeros criterios de rechazo sin problemas, podemos hacer un examen más detenido:
INSPECCIÓN OCULAR
Lo que observemos tiene matices, de manera que es adecuado evaluar con criterio y teniendo en cuenta el precio de venta:
- Miramos si hay señales de corrosión en las chimeneas (donde las zapatillas cierran)
- Señales de reparaciones deficientes (por ejemplo, soldaduras mal hechas, marcas de herramientas, llaves o postes resoldados o reemplazados por piezas no originales, etc.)
- Buscamos señales de haber sido desabollado y evaluamos cómo fue el daño y la correspondiente reparación.
- Vemos que las llaves lleguen a las chimeneas en un buen ángulo (es decir, que las llaves no estén dobladas)
- Revisamos el estado de las zapatillas y evaluamos necesidad de cambios en función del precio de venta.
AFINACIÓN
Asumiendo que quien está leyendo este artículo está en fase de aprendizaje y teniendo en cuenta que no existe un saxofón 100% afinado (salvo los saxofones MIDI), no es esperable que ante una prueba con afinador electrónico el instrumento suene irreprochable, pero es bueno revisar la afinación de algunas notas clave: una vez que se haya fijado la posición de la boquilla para un Fa# a 440Hz, revisa las siguientes notas que tienden a presentar problemas: Do# medio, Re medio, Re# medio, Do# agudo. Tanto las notas graves (de Re hacia abajo) como agudas (Re agudo hacia arriba) deberían revisarse con afinador solo si quien hace la prueba sabe que efectivamente es capaz de tocar en dichos registros de manera afinada.
MECÁNICA DEL INSTRUMENTO
Si se está revisando un instrumento de alguna de las marcas antes reseñadas, no debería haber serios problemas de ergonomía. De todas maneras, parece ser que la tendencia es que mientras más moderno y profesional es el instrumento, más cómodos se sienten los dedos al trabajar en él. De todos modos, en cuanto a ergonomía, yo revisaría:
- Mecanismo del meñique izquierdo y verificar que tu dedo meñique es capaz de llegar a todas las llaves (especialmente Sib grave).
- Llave de octava: su posición en los instrumentos actuales es diagonal mirando a la derecha desde la perspectiva del ejecutante. Las verticales (o mirando a la izquierda) resultan muy incómodas para el trabajo del pulgar.
- Llaves de la palma (mano izquierda). Algunos saxofones las traen muy alejadas o en posiciones que resultan poco cómodas, especialmente para manos pequeñas.
- Fa# (costado). Esta llave suele ser más cómoda si su largo está vertical (em el sentido del tubo), pero hay quienes la prefieren horizontal.
- Distancia de las llaves en relación con la constitución de la mano. He tocado algunos saxofones (tenores en general) que traían la llave de Re grave bastante separada de las otras. Si piensas tocar todos los días y no tienes manos grandes, esto podría ser incómodo.
Otros aspectos mecánicos:
- Todas las llaves se deberían devolver luego de soltarlas, de manera rápida y sin ruidos metálicos (esto se debe habitualmente a la ausencia de algún pequeño fieltro o lámina de corcho donde hacen contacto los metales).
- La resistencia de las llaves debería ser regular, con un “peso” homogéneo.
- La resistencia o “peso” de las llaves no debería ser demasiado floja, ni demasiado dura.
- La distancia entre las llaves de un juego y sus chimeneas debería se regular, no demasiado altas o bajas.
- Los rodillos deben girar.
- No debería haber juego en los postes de las llaves.
- Si tocas un Fa, Mi, Re y Do graves con la llave de Sol# presionada, las notas deberían escucharse igual que si no lo estuviese.
- Prueba las diferentes digitaciones de Sib medio y verifica que todas funcionan.
- El octavador del tudel debería funcionar correctamente cuando digitas el La agudo, cambiando al del tubo cuando digitas el Sol agudo de manera automática, sin “rebotes”, sin quedarse cerrado.
- Una buena prueba es tocar una escala cromática descendente y lentamente, sin apretar las llaves en exceso, atendiendo a cualquier resistencia o cambios de volumen en notas o registros específicos. Este ejercicio debería hacerse piano (y mejor aún, pianísimo). Si llegas cómodamente a un Sib grave piano, puedes confiar en que las zapatillas hacen un trabajo al menos suficiente.
IMPRESIÓN SUBJETIVA
Aquí es donde se ponen en juego los factores más complejos de evaluar. Toca alguna pieza que conozcas, o al menos una escala con la que estés familiarizado: ¿Te sientes bien con la sensación del instrumento? ¿Te gusta su sonido? ¿Es cómodo o te resulta extraño? ¿Es la calidad del sonido la misma en todo su registro? En este punto nadie es más experto que quien hace la prueba. De todas maneras, si tocas saxofón alto y estás comprando un soprano o un tenor (y nunca los has probado), es muy esperable que no te sientas cómodo ni con el tamaño de la boquilla ni con su sonido. Puedes pedirle a alguien de confianza que te acompañe y que te comente cómo escucha el instrumento desde su perspectiva. Si tu profesor o algún saxofonista te puede acompañar, ¡tanto mejor!
Si leíste hasta aquí, gracias por tu paciencia. Si tienes cualquier comentario o sugerencia, serán muy bienvenidos para enriquecer este artículo y así contribuir a que más personas se inicien en el saxofón con placer.