Usualmente personas que quieren comenzar a estudiar me preguntan con cuál saxo es mejor partir. Como la mayoría de los profesores, recomiendo el alto, pero a veces ocurre que quien pregunta ya tiene una preferencia distinta (usualmente tenor o soprano).
Como la pregunta se repite a menudo, copiaré la última respuesta a una persona que me preguntó por qué no tenor:
Hola Alberto:
Antes que nada, me gustaría que tomes mis recomendaciones solo como opiniones de un profesor, sin mayor interés que aportar a un buen comienzo para tu proceso de aprendizaje. Cualquiera sea el saxofón que decidas comprar será una inversión importante y en definitiva creo que debes decidir en base a lo que tú quieres. Sin perjuicio de ello, te cuento que recomiendo el alto por varias razones, que van desde lo doméstico a lo pedagógico. Así, creo que lo ideal sería que tomes en cuenta los puntos que detallo a continuación, poniéndolos en la balanza contra tus preferencias: si encuentras que estas no son tan radicales, quizás te convendría seguir mi sugerencia. Pero si estás enamorado del sonido del tenor, quizás decidas que quieres elegirlo y así lograr una mayor motivación. Una decisión libre e inteligente debería tomar en cuenta ambos factores.
- Un saxofón alto suele ser más barato que un tenor de las mismas características (marca, modelo). Asimismo los accesorios (boquilla, cañas, etc.) son de menor precio.
- El saxofón alto es más portable que el tenor (aunque al tomar los estuches parece ser muy similar, luego de caminar algunas cuadras la diferencia se empieza a notar).
- Si decides comprar de segunda mano, en general será más fácil encontrar altos que tenores en buenas condiciones.
- La mayor parte del repertorio pedagógico está pensado para alto.
- El trabajo de emisión con el alto implica un registro grave (que “abre la puerta” al tenor) y un registro agudo (que “abre la puerta” al soprano). Si partes con tenor tu emisión de agudos no tendrá la misma calidad; si partes con soprano la emisión del registro grave es prácticamente nula. Entonces, el alto sirve mucho mejor para aprender “saxofón” (es decir acercarse a la familia entera) que los otros exponentes. Lo dicho en este punto vale tanto para lo que tiene que ver con posición y trabajo de laringe como de labios.
- Aparte de lo mencionado en el punto anterior, no recomiendo soprano para partir por las siguientes razones:
- En los sopranos las diferencias de calidad entre marcas, modelos y fabricación en general se tienden a acentuar mucho más que en los demás saxofones. Así, mi recomendación siempre es que si uno se va a comprar un soprano, debería ser de excelente calidad (nivel intermedio o profesional), pues tanto la afinación como la mecánica tiende a ser muy deficiente en los modelos económicos.
- La embocadura del soprano suele ser algo más más presionada, de manera que produce mayor cansancio; en labios no entrenados esto puede notarse mucho.
- Por las dos razones anteriores, el soprano suele ser un instrumento mucho más sensible a las manipulaciones o imperfecciones en la técnica del intérprete. Entonces, el proceso de aprendizaje inicial estará habitualmente cruzado por severos problemas de afinación.
- El soprano, pese a ser objetivamente el más liviano de los cuatro saxofones habituales, resulta ser uno de los que más peso lleva al ser tocado, pues en la práctica son los pulgares los que sostienen el instrumento mientras tocas (a diferencia de los otros saxofones, donde se sostiene con un colgador (llevando el peso en el cuello) o arnés (repartiendo el peso en la espalda). Esto produce cansancio más rápido en las manos y brazos.
Sin perjuicio de lo anterior, para niños y niñas de estatura y contextura promedio menores de 8 a 9 años, mi recomendación es el soprano curvo, llegando a una solución de compromiso: se sacrifica el trabajo del registro grave y las dificultades de afinación, pero se protege un bien mayor, a saber: la salud física del niño o niña, pues con un arnés termina siendo un instrumento liviano y que no daña su columna.
Solo reiteraría que estas reflexiones son solo un punto de vista. Yo mismo partí con un tenor muy viejo y desvencijado, pero con un bello sonido. No tenía nada de ganas de cambiarme a un alto, pero con el tiempo agradecí la orientación de mi maestro de entonces, pues aunque aun me gusta más el sonido del tenor que del alto, he terminado por comprender que efectivamente era la mejor opción.
Espero que esta información te sirva para tomar una decisión con más elementos sobre la mesa. Te felicito por preguntar antes de comprar; recibe un saludo cordial de mi parte,
Pablo Torrealba