Un grande del jazz, recomiendo escuchar el álbum “Blue Lester”, de Lester Young (“The Pres”, apodo que le puso su amiga Billie Holiday por considerarlo una persona muy importante, tanto como un presidente).
Este es un disco que incluye algunos standards de jazz. Pongan atención a las improvisaciones, al sonido de Young en el tenor (su timbre era muy característico) y muy en especial, a cómo usa las articulaciones.
Esto es Fun Horns, un cuarteto alemán incluyendo (al menos) trompeta, trombón y dos saxofones, más invitados ocasionales. Ellos tocaban mayoritariamente música original y una característica interesante es que sus partituras eran mínimas, casi siempre cada pieza era una especie de colección de segmentos arreglados como para iniciar la improvisación, a la que llamaban “composición espontánea”. Quizás el único problema de esta forma de trabajo era que un concierto de 10 piezas podía durar 25 minutos… O dos horas.
Quería recomendarles el álbum “Surprise”, que fue el que tenía más en la oreja cuando tuve la suerte de verlos en vivo y días después en un seminario que dieron en 1992, pero no lo encontré en Spotify, aunque lo tengo en casa 🙂
Es música refrescante, lúdica, emparentada con el jazz, pero también con importantes influencias minimalistas y ciertas huellas de otros experimentos composicionales contemporáneos.
Uno de los saxofonistas, Wolker Schlott (luego Holly Schlott) hizo algunos libros con composiciones para grupos de saxofones y además tiene las particularidad de haber grabado un álbum con un saxofón melódico (en Do), simbolizando con él su proceso de tránsito de género (el saxofón melódico está entre el alto y el tenor).
A raíz de la pregunta de un estudiante acerca de cómo distinguir el sonido del saxofón alto y del tenor, quiero compartir con ustedes este disco de Berlin Saxophone Quartet.
Es la grabación de “El Arte de la Fuga”, de J.S. Bach, arreglada para cuarteto de saxofones en el formato SATB (soprano, alto, tenor, barítono). Me parece ideal para aprender a distinguir los principales saxofones por su registro, pero más importante, por su timbre. Al ser composiciones barrocas en fuga, las voces tienen un despliegue eminentemente melódico (más que armónico) y debería entonces ser relativamente fácil de seguir auditivamente el desarrollo de cada una.
Es una excelente interpretación, en la que pueden atender a las articulaciones utilizadas en el barroco, así como también al tipo de sonido en el saxofón clásico y la formalidad de las composiciones.
El Arte de la Fuga es utilizada hasta el día de hoy en las escuelas de composición para aprender acerca de contrapunto, fuga, técnicas de manejo y relación de voces. Una obra definitiva, en la que se pueden acercar al genio y reflexión musical de su compositor.
Con el objetivo de ayudar a distinguir en la escucha a cada uno de los saxofones, comparto con ustedes otra agrupación alemana: Saxofourte, con su álbum “Tango affairs”.
Es un cuarteto actualmente con dos mujeres y dos hombres, saxofonistas de formación “clásica”, pero qué van mucho más allá de esa etiqueta, combinando, torciendo y expandiendo estilos y épocas.
Su primer álbum, que no está en Spotify, incluye composiciones de Piazzola, Woods y Gershwin. Si puedes conseguirlo, escúchenlo!
Dieter Ilg, contrabajista alemán, junto al saxofonista alto Charlie Mariano graban en 2005 este bello álbum.
Mariano fue un saxofonista (principalmente alto), que hizo una carrera interesante como solista, además de trabajar con grandes músicos, como Charles Mingus (recuerdan Goodbye Pork Pie Hat?), Stan Kenton y Eberhard Weber.
Este disco, “Due”, cuenta con la participación de Mariano e Ilg, contrabajista que ha experimentado en su carrera entre el lenguaje de la música clásica y el jazz. Ambos en su madurez, juegan simple y profundamente con las diferentes piezas, algunas compuestas por ellos, otras standards de jazz.
Creo que es interesante escuchar el sonido, lenguaje e improvisación de Mariano, que se percibe cómodo en este complejo formato bipolar. Sin necesidad de estridencias ni virtuosismos, ambos transmiten el gran disfrute de acercarse a la música, decir lo que hay que decir y hacer silencio cuando es necesario. Para los que tocan barítono, pongan atención a los muchos pasajes de “walking bass” y traten de atender a sus articulaciones.
Para todos, una muestra de cómo la música se expresa, a veces de manera aparentemente simple, con belleza.
Es una agrupación que descubrí en los ’90 y me sorprendió por su versatilidad y originalidad.
Wollie Kaiser funda KSM a comienzos de los ’80 integrando saxofones sopranino, soprano, alto, tenor, barítono y bajo, además de otros instrumentos como clarinete bajo y algunas flautas.
Sus composiciones juegan en diferentes estilos: jazz, versiones de músicas conocidas, música contemporánea, músicas del mundo y espacio para improvisaciones.
Como su nombre lo indica, tienen raigambre fuerte en su ciudad, Colonia (Alemania), aunque han realizado giras y conciertos por más de 30 países en Asia, África, Europa y América. Han recibido diversos premios y varios de sus saxofonistas son intérpretes destacados en su país.
En Spotify se encuentran solo 4 de sus 14 discos. No están algunos memorables, como la colaboración que hicieron en 1991, celebrando su décimo aniversario, con diversos artistas de Colonia, entre ellos un coro gay, un gaitero, un poeta fonético y ¡Un pintor! Con cada artista, tomaron la música y compusieron algo que integra los saxofones a lo que ya había. En el caso del pintor, grabaron los sonidos que hacían los trazos del lápiz y pinceles, dando música a la realización visual.
Vale la pena disfrutar de la excelente ejecución y las ideas aparentemente inacabables de este ensamble, que aparentemente grabó su último álbum en 2008, 27 años después del primero.
El álbum que comparto hoy es “Spaceplayer”, del 2004. Es una muestra del mundo sonoro que caracteriza a esta agrupación, que escapa de las definiciones restrictivas.
En el 2014 tuve la suerte de escuchar en vivo a Phil Woods, gran saxofonista del jazz, destacando en el saxofón alto.
Yo estaba en la ribera opuesta del río en esa ocasión, de manera que los músicos se veían algo lejanos. Woods, ya mayor, tocaba sentado e improvisaba con gran creatividad y haciendo uso de frases breves en todas las piezas. Me llamó la atención esa gran cantidad de frases siempre breves hasta que, mirando mejor la pantalla gigante que habían instalado, pude percatarme de que el maestro estaba sentado en una silla de ruedas, tocando ¡con una vía de oxígeno!
Me parece un tremendo ejemplo de trabajar hasta el final, disfrutando lo que uno hace con amor, aun a pesar de las dificultades de la edad, o en este caso de la enfermedad.
Antes del concierto había declarado que tenía el propósito tocar hasta que llegara la muerte. Efectivamente, unos meses más tarde, el gran maestro fallecía por enfisema pulmonar.
En este momento en que con algunos de estudiantes comenzaremos a trabajar dúos de saxofón y piano, quiero compartir este álbum, grabado en 1994, a dúo con el pianista italiano Franco D’Andrea. Es un homenaje del maestro a otro maestro, Thelonious Monk. Las composiciones de Monk toman vuelo en la interpretación a ratos lírica, lúdica y llena de swing de Woods, al tiempo que D’Andrea rememora, recrea y reinterpreta la forma tan característica de tocar de Monk.
El álbum es una fiesta en que ambos no tienen apuro alguno en desarrollar con calma y espacio sus improvisaciones, dando un nuevo aire a piezas que ya son parte del acervo más preciado del jazz de la segunda mitad del siglo pasado.
*** En una de las improvisaciones hay una cita a You Don’t Know What Love Is. ¿La pueden encontrar?
Saxtiago, el ensamble de saxofones de mis estudiantes, se reencuentra con las presentaciones estacionales en el concierto de otoño de 2022 en el «Café en Compañía, un café con cuento», ubicado en Compañía de Jesús #2540, Santiago.
Acompañados de un menú de cafetería, los asistentes podrán en esta ocasión disfrutar de un programa breve en el que mostraremos algunas piezas en formatos de dúo, cuarteto y quinteto, para luego pasar a las piezas de ensamble de saxofones, que en esta ocasión incluyen secciones de improvisación en las que participarán todos y cada uno de los integrantes del ensamble.
Con este concierto reanudamos nuestra costumbre previa a pandemia de realizar un concierto en cada estación, a beneficio de alguna institución sin fines de lucro, en este caso la Fundación Fight 4 Pits (@fight4pitschile), dedicada al Rescate, rehabilitación y reinserción de Pitbulls víctimas de maltrato y abandono (aporte voluntario).
Mientras llega el momento, compartimos un video de Solitude:
Hace años recibo mensajes y llamadas de personas preguntando por clases online y respondo lo mismo: “no, solo presenciales”; recibí la última llamada de este tipo el viernes pasado, de una mujer de 50 años que vive en algún lugar de la Araucanía. Debo reconocer que esta negativa se basa por un lado en mi preferencia por las relaciones personales y pedagógicas presenciales y, por otro, en pruebas poco satisfactorias que hice hace mucho tiempo con conexiones y equipamiento de otra época: revisando los comentarios acerca del modelo de mi vieja webcam en Amazon, ¡¡¡¡veo que los más recientes tienen 20 años!!!!! Como se imaginarán, luego de desempolvarla esta semana no logré hacerla funcionar.
Hace seis días tuvimos un ensayo de Saxtiago, el ensamble de saxofones que tengo con mis estudiantes y con el que estamos preparando una gira de intercambio a tres ciudades en Alemania para septiembre de este año. En estos días el país pasó de Fase 2 a Fase 3 y luego a Fase 4 de la pandemia, para más tarde declararse Estado de Catástrofe, entrando rápidamente a una realidad de película de ficción que lamentablemente es demasiado real. Hoy no tenemos claro si la gira se podrá realizar (en Alemania están con todo cerrado hace días), o si las finanzas de todos los integrantes estarán para aquello después de los tiempos que se vienen. Por supuesto los ensayos están suspendidos hasta que la situación sanitaria permita volver a reunirnos.
Desde ese lejano viernes pasado al día de hoy han pasado 7 días que son como 7 generaciones: cada día llegaron menos estudiantes a mi taller (ayer ninguno), adquirí una muy buena cámara y otros chiches para hacer streaming de calidad, investigué e hice pruebas de conectividad, echando una mirada al estado de mi conexión y a los recursos pedagógicos, evalué ventajas y desventajas que se presentan dadas las pruebas y herramientas disponibles, revisé la iluminación de mi sala y la mejor ubicación para disponer de todo y ya estoy en condiciones de comenzar a ofrecer clases para tiempos de cuarentena para la semana que viene: online, en vivo a través de videoconferencia, dejando a raya al virus maldito que nos hace alejarnos.
Creo que es bueno ver las oportunidades de aprendizaje que nos puedan brindar los tiempos de crisis: durante los últimos años siempre que decía “no” cuando me llamaban de lugares lejanos donde no hay profesores de saxofón, quedaba con la impresión de que era necesario dar respuesta a una necesidad que no tiene mucha solución. Y si queremos un país más descentralizado, no es malo que quienes están lejos de Santiago también tengan opciones de crecer y aprender cosas nuevas. No será exactamente igual que en persona, pero claramente mucho mejor que nada. Y vaya uno a saber, quizás surgen cosas nuevas y bellas a partir de este momento triste.
Convencionalmente, las clases de saxofón (así como de cualquier instrumento musical) se organizan como un trabajo esencialmente individual, donde el profesor propone una línea de trabajo que el estudiante pone en práctica durante la semana. El aprendizaje, a mi juicio, no se produce en la clase sino durante la semana, cuando el estudiante pone en práctica dichas propuestas: error y acierto tras la repetición son elementos que nos dan pistas acerca de cómo hacer las cosas, descubriendo no solo las claves para la ejecución de una pieza o la técnica específica de un pasaje, sino también aspectos más personales, como por ejemplo cómo uso la energía corporal personal o cómo es el sonido que se quiero desarrollar (aspecto muy importante en cualquier instrumento, esencial en el saxofón).
Lo anterior tiene que ver con el aprendizaje en las áreas de sonido, técnica e interpretación. Sin embargo, hay una dimensión de la música que es difícil abordar en las clases individuales, y tiene que ver con la experiencia de hacer música con y para otros: aquí están el trabajo personal previo a una presentación, pero también el ensayo y trabajo en equipo junto a otros, el escuchar al otro y al mismo tiempo escucharse a sí mismo; aprender a protagonizar y también a acompañar, los nervios antes de un concierto, cómo pararse en un escenario, disfrutar y compartir lo que hacemos con tanto empeño y cariño.
En el taller de saxofones, los estudiantes que ya han aprendido los rudimentos básicos y muestran interés por hacer música en conjunto, son invitados a participar del Ensamble de Saxofones, donde junto a otros saxofonistas aficionados que tocan los cuatro tipos de saxofones disponibles en Chile, tenemos la oportunidad de hacer música con la mirada puesta tanto en tocar piezas del gusto de los participantes (hay un sistema de votación de propuestas de repertorio), como repertorio que permita expandir la cultura musical y conocer posibilidades del instrumento en diversas situaciones. El ensamble así es un espacio de música y aprendizaje, donde quienes se integran tienen la posibilidad de compartir con otros que llevan algo más de tiempo en el instrumento.
Hacemos cuatro presentaciones al año: otoño, invierno, primavera y concierto de fin de año. Este año nos hemos propuesto que todas tengan un carácter benéfico, recibiendo especies o aportes voluntarios a manera de adhesión y que van en destino de instituciones de ayuda social. Logramos así que esta instancia tenga una trascendencia distinta, llevando un aporte a otros que lo necesitan.
También este año comenzamos la exploración de montar piezas en formatos menores (desde dúo a quinteto). Estas formaciones muestran otras posibilidades y otro nivel de responsabilidad, pues nadie duplica la voz que cada uno hace, permitiendo descubrir y expresar la musicalidad de manera más personal.
Así, tocando un repertorio amplio (que abarca desde J.S. Bach hasta Daft Punk), vamos descubriendo en conjunto los desafíos y el placer de hacer música en conjunto y compartirlo con otros.
Invitamos a disfrutar una agradable velada donde músicos aficionados mostrarán el trabajo realizado durante el primer semestre de este año, con música mayoritariamente elegida por ellos en un viaje musical de Ravel a Daft Punk!
El programa de la presentación incluye una primera parte donde se presentarán formatos menores (de dúo a quinteto de saxofones) y la segunda estará a cargo del ensamble completo, que en esta ocasión incluye 14 saxofones. El programa incluye las siguientes piezas:
I. Formatos menores:
1. Misty (Erroll Garner) – Dúo de saxofones altos
2. The Entertainer (Scott Joplin, arr. Uwe Heger) – Trío de saxofones altos
3. Libertango (Astor Piazzolla, arr. Bernard Marillia) – Cuarteto de saxofones
4. Get Lucky (Daft Punk, arr. T.H. Graf) – Quinteto de saxofones
5. El Oboe De Gabriel (Ennio Morricone, arr. Snauwaert Bart) – Cuarteto de saxofones
6. Summer (Joe Hisaishi, arr. Tetsuya Yoshioka) – Quinteto de saxofones
7. El Día Que Me Quieras (Carlos Gardel, Alfredo Le Pera, arr. Dirk Zygar) – Cuarteto de saxofones
II. Ensamble de saxofones:
1. Ain’t She Sweet , Milton Ager, arreglo de Anne-Louise Lane
2. Subway, Karen Street
3. Solitude, Duke Ellington
4. Anything You Like, Mike Mower, arreglo de Karen Street
5. Cinema Paradiso, Ennio Morricone, arreglo de Steven Verhaert
6. Take Five, Paul Desmond, arreglo de R. Percival
7. Bolero, Maurice Ravel, arreglo de Ralph Martin
8. Bohemian Rhapsody, Freddy Mercury, arreglo de Steven Verhaert
Ensamble de saxofones
El ensamble de saxofones del taller de Pablo Torrealba surge como una alternativa pedagógica y artística complementaria a las clases particulares del instrumento: un espacio donde los estudiantes ponen en práctica lo aprendido en las clases individuales y experimentan el desafío y placer de hacer música en conjunto.
Esta es una agrupación de aficionados, lo que nos llena de orgullo, pues incorpora la motivación de las cosas que se hacen por hobby, desarrollando un trabajo desde el gusto, con disciplina, interés por el aprendizaje y cariño.
Aprender a escuchar al otro mientras se escucha a uno mismo, trabajar en equipo, tomar acuerdos, protagonizar y acompañar, son algunas de las habilidades que se desarrollan al calor de la experiencia única de hacer música.
Concierto de invierno
En invierno hemos dado la bienvenida a nuevos integrantes y también a nuevos desafíos: evoluciona la complejidad y profundidad del repertorio que interpretamos y además nos aventuramos por primera vez a sumar a la calidez del formato mayor (ensamble, donde cada voz es interpretada habitualmente por más de uno y por tanto se constituye en un espacio contenedor, de incorporación gradual y con algún compañero o compañera que muestra cómo recorrer el camino), los formatos menores que presentamos en la primera parte de este concierto. En ellos, cada integrante ha asumido la responsabilidad de llevar su parte musical de manera exclusiva, lo que impone a cada uno el desafío de hacer música de manera más autónoma y la satisfacción de realizar una interpretación propia, más íntima y con sonido personal.
Al mismo tiempo el ensamble continúa preparando nuevas piezas (los títulos de este programa no estaban el año pasado) e intentando perfeccionar las que ya había tocado. Esperamos que disfruten tanto como nosotros el viaje de este primer semestre de trabajo: ¡Desde Ravel hasta Daft Punk! La música es para todos, todos pueden aprender.
A modo de adhesión se solicita alimentos no perecibles, para labores de acción social que realiza el colegio que nos ofrece el espacio, entre familias de riesgo social.
Sábado 4 de agosto a las 20.30 hrs, Instituto Presidente Errázuriz, Alcántara 445, Las Condes.
La pregunta del título es una de las más recurrentes cuando alguien me llama o escribe por clases de saxofón e imagino que a muchos profesores de música les debe sonar como un tópico recurrente. La pregunta se presenta en diferentes variantes y cada una de ellas responde a dudas legítimas para quien se inicia, así que decidí organizarlas en el siguiente compilado:
Nunca he tocado un instrumento y no sé nada de música, ¿es posible aprender?
Por supuesto. Todo músico, profesional o aficionado, partió de la misma condición. Obviamente mientras más experiencia se tenga, el aprendizaje será más rápido. Esto es válido para todo tipo de aprendizajes.
¿Cuál es la edad adecuada para partir?
Depende de tus objetivos. Si quieres transformarte en un saxofonista profesional, es mejor partir bastante joven, pues necesitarás tiempo para desarrollar las habilidades específicas y los aprendizajes que llevan a un músico a poder gestionar su trabajo de manera productiva y eficiente. Si tu objetivo es disfrutar de la música mientras aprendes, no hay edad límite para iniciarte. En mi taller he enseñado a personas entre 4 y 83 años, todos con posibilidades de aprender y disfrutar haciendo música.
¿Qué requisitos o habilidades debo tener para tocar saxofón?
Mucha gente piensa que hay que tener grandes pulmones, dedos largos, labios gruesos o cosas por el estilo, que realmente no son necesarias para tocar este instrumento. Por otro lado, es muy común que se haga una “prueba de aptitudes musicales” para medir dichas habilidades. Yo estoy totalmente en desacuerdo con dichas pruebas, pues miden casi siempre lo que una persona ya tiene como acervo cultural musical y no el potencial de aprendizaje de cada uno, que estará definido fundamentalmente por la motivación y disponibilidad de tiempo para estudiar. Dicho eso, es necesario que cuentes con un instrumento en buenas condiciones y tiempo para practicar.
Yo llevo tocando hartos años solo, seguro que partiré de un punto bastante avanzado, ¿cierto?
Depende de cómo has estudiado durante todo ese tiempo. Es importante tener en cuenta que a veces es más difícil desaprender que aprender: por ejemplo, si llevas muchos años haciendo una digitación incorrecta, es posible que te cueste más “desgrabar” esa digitación que lo que te habría costado aprenderla correctamente desde un comienzo.
¿En cuánto tiempo voy a estar tocando?
Un joven o adulto debería estar tocando su instrumento en la primera clase (¡Asumiendo que lo haya traído!). Obviamente serán cosas simples, pero es esperable que logre hacer sonar su saxofón y producir las primeras notas, con las que podrá construir alguna o algunas melodías simples. Hay dos casos especiales:
Cuando el instrumento no está en condiciones: el saxofón del abuelito, que estuvo guardado en la bodega húmeda por 35 años, probablemente necesitará más de algún ajuste antes de poder ser tocado. Asimismo, es bueno recordar que para que el instrumento funcione, necesita una boquilla, fajillero y al menos una caña decente (estos tres elementos deben ser para el mismo tipo de saxofón).
Cuando quien se inicia es niño pequeño: en el caso de los niños de menos de 8 años hay varias consideraciones especiales (instrumento, arnés, tiempo de concentración y duración de las clases, tamaño, fuerza, etc.) y es posible que en la primera clase no salgan tocando el instrumento, aunque muy probablemente sí. Por ello, recomiendo a padres y madres preparar al niño o niña para que el saxofón no suene en la primera clase: si ocurre así, no habrá frustración ni promesas incumplidas, y si por el contrario lo hace sonar, se irá con la autoestima reforzada
Ya, pero ¿en cuánto tiempo voy a aprender?
Nuevamente, estarás aprendiendo desde la primera clase. No estoy tratando de evitar la pregunta, pero es importante comprender el concepto de “aprendizaje”: es un proceso que se lleva a cabo en el tiempo.
Según tu criterio, ¿Cuánto tiempo debería practicar uno para manejar el instrumento?
Toda la vida. Llevo más de 25 años tocando y aún sigo aprendiendo cosas nuevas.
No quiero ser [pon aquí el nombre del o la saxofonista que te guste más], pero me encantaría tocar como él/ella. ¿Qué debo hacer?
Si quieres tocar como cualquier saxofonista profesional, deberías considerar dejar tu trabajo actual o cualquier otra actividad que ocupe mucho tiempo en tu vida y dedicarte profesionalmente al tema. Los saxofonistas que escuchas en grabaciones o en conciertos son personas que además de haber destinado bastantes años a su formación, están constantemente trabajando en su interpretación, técnica, sonido, etc. Como cualquier trabajo especializado, este requiere horas de práctica, además de constancia. Por ahí circula un dicho: “Si dejo de tocar un día, me doy cuenta yo. Si dejo de tocar dos días, mis colegas lo notarán. Si dejo de tocar tres días, el público se dará cuenta”. Por tanto, es importante que al comenzar te plantees objetivos realistas, alcanzables en el tiempo y considerando también las otras exigencias de la vida a las que debes responder.
Entiendo que el aprendizaje es permanente, pero ¿cuánto tiempo debo tomar clases?
Eso dependerá fundamentalmente de tus objetivos: tengo estudiantes que con tres meses de clases ya lograron lo que buscaban y entonces para ellos con eso está bien. Por otro lado, tengo estudiantes que llevan más de 10 años en clases y cada semana disfrutan su sesión, en la que siempre estamos aprendiendo cosas nuevas. Por ello es muy recomendable plantearse honesta y realistamente los propios objetivos.
¿Cuánto debo estudiar?
Nuevamente, dependerá de lo que quieras lograr. Habitualmente se dice: “Mientras más mejor”, aunque hay que hacer algunas precisiones:
Es mejor privilegiar un número mayor de sesiones de estudio por semana que solo las horas totales: por ejemplo, prefiero recomendar todos los días 30 minutos de estudio antes que 5 horas un día a la semana. Si bien la suma es menor, hay involucrados aprendizajes de carácter motriz, que se realizan a través de la repetición, con periodos de descanso. Por tanto una larga y solitaria sesión de estudio semanal cuenta para esos efectos como “una repetición”, siendo menos relevante el tiempo de la misma. Por otro lado, las sesiones largas para alguien que no tiene entrenada la musculatura de su embocadura suelen traducirse en lesiones y cansancio extremo. Al estudiar todos los días se va creando el hábito y la necesidad de tocar; eso es muy bueno para la motivación personal, que en definitiva es el combustible básico para aprender.
Dicho lo anterior, creo que es mejor estudiar menos tiempo con calidad alta a mucho con calidad baja: una buena sesión de estudio debería estar organizada (mis estudiantes reciben en la primera clase su cuaderno de trabajo para el año), con áreas y objetivos claros y recordatorios de los aspectos específicos en los que es necesario enfocarse. Si bien todos estudiamos para “hacer música”, las herramientas mecánicas y de sonido son las que nos ayudan a que ese objetivo se cumpla de manera fluida. Es bueno contar con un espacio de estudio en el que te puedas concentrar, ojalá sin interrupciones y con todos los elementos necesarios a mano.
Recordar lo que en el Método Suzuki se llama “Uso eficiente del cuerpo”: mientras menos esfuerzo y tensiones requiera un trabajo, mejor. Esto vale tanto para un pasaje específico como para la postura que tomas al tocar tu instrumento. También es válido tanto para la eficiencia del trabajo como para la motivación: uno siempre lo pasa mejor cuando toca relajado que tenso.
¿Es mejor partir con un instrumento de buena calidad o quizás dejar la inversión para cuando esté más seguro/a de tener habilidades?
Siempre es mejor partir con un saxofón de buena calidad, pues uno malo ofrecerá dificultades mecánicas, de afinación y sonido adicionales. Los saxofones profesionales no son más complejos, en el sentido que tengan “más botones” o cosas “supercomplicadas” agregadas. Por el contrario, son más afinados, más cómodos, tienen mejor sonido…. Y son más caros. Por ello, recomiendo buscar de acuerdo al presupuesto que uno dispone, teniendo en cuenta una calidad mínima a conversar con tu profesor o profesora. En mi artículo “¿Con cuál saxofón es recomendable partir? ¿Soprano, alto, tenor o barítono?” discuto las ventajas y desventajas de cada tipo de saxofón para iniciarse. Respecto de costo/beneficio, puedes leer mi artículo “Instrumentos musicales: ¿Nuevos o usados?” y si decides comprar un saxofón usado, puedes leer: “Cómo elegir un saxofón usado”, también de mi autoría.
Si tienes dudas, puedes escribirme para tratar de aclararlas. ¡Buen viaje!
En la música de jazz, el saxofón barítono, incómodo y a veces pesado, ha sido por largo tiempo relegado a la posición de un sombrío hijastro frente a sus hermanos más grandilocuentes, el saxofón tenor y el alto. Un gigante de registro grave, que requiere una respiración voluminosa, control cuidadoso y energía formidable, ha sido utilizado en las orquestas de jazz principalmente para producir esas graves y resonantes notas que llevan vida al extremo inferior en los arreglos modernos de jazz para orquesta. Principalmente utilizado en las orquestas de jazz de Duke Ellinton y Count Basie, el saxofón barítono fue ejecutado por el gran Harry Carney en la banda de Ellington y por Jack Washington en la de Basie. Carney, con su increíble uso de la respiración circular y su sonido puro y limpio, es ampliamente reconocido como un pionero del instrumento, sacando al barítono de la oscuridad de la sección de saxofones y llevándolo a la luz de un instrumento solista.
Utilizando a Carney y en menor medida a Washington como inspiración, los baritonistas comenzaron a experimentar con la versatilidad del instrumento. En los cuarenta y en los cincuenta, Serge Chaloff lideró el sonido del bebop en el gran instrumento con su producción como solistas y como uno de los infames “Cuatro Hermanos” de la sección e saxofones de la Second Herd de Woody Herman. El saxofonista Leo Parker continuó este camino encontrando su nicho interpretando un barítono inspirado en el blues boppero y Cecil Payne fue conocido por la calidez y cordialidad de su sonido, que fue parcialmente inspirado en su trabajo con Dizzy Gillespie. Los estilos diametralmente opuestos de la escuela cool de Gerry Mulligan y la simple y abundante obra de Pepper Adams trajeron al barítono al frente y al centro, e indudablemente inspiraron a la siguiente generación de intérpretes.
El instrumento pasó por una metamorfosis dramática en las manos de los músicos de avant-garde como Hamlett Blueitt, músicos impresionistas como John Surman y Colin Stenson y los músicos free como Ken Vandermark y Mat Gustafsson. La tradición se ha expandido y mejorado por tales grandes intérpretes y los incendiarios Ronnie Cuber, Nick Brignola, Dennis DiBlasio, los superlativos James Carter, Xavier Richardeua y el maestro moderno Gary Smulyan, y las miradas al futuro brillan con estrellas jóvenes como Alain Cuper, Brian Landrus, Claire Daly, Frank Basile, Lauren Sevian y Jason Marshall.
Dado que el instrumento ha sido una parte importante de las secciones de saxofones de tantas grandes bandas a través de los tiempos, es importante no olvidar a los intérpretes que hicieron una importante contribución a esta música en su instrumento, aunque nunca viendo la brillantez del solo. Gran parte de su trabajo queda escondida eternamente en la perfección impoluta de la firma sonora de la banda, sonido de una expresión singular. Algunos doblan el barítono y algún otro instrumento de caña. Así que no olvidemos la obra del previamente mencionado Jack Washington, quien trabajó con Basie; Charlie Fowlkes, que tocó en las bandas de Arnett Cobb, Lionel Hampton y Count Basie; Ernie Caceres, quien a ratos tocó con Woody Herman, Tommy Dorsey y Benny Goodman; Laurdine “Pat” Patrick, quien tocó con John Coltrane, Thelonious Monk y estuvo cuarenta años en la Sun Ra’s Arkestra; Haywood Henry, quien tocó con la banda de Esrkine Hawkins; Glen Wilson, quien enseña y ha estado en gira con Buddy Rich y el Bob Belden Ensemble; Jack Nimitz, tocó con Woody Herman, Stan Kenton, Oliver Nelson y Herbie Mann; Danny Bank, quien tocó en las bandas de Artie Shaw, Oliver Nelson y un sinnçumero de otras bandas y fue escuchado en numerosas sesiones de estudio. Carl Maraghl tocó con “Doc” Severinsen’s Band y trabaja en la banda Darcy James Argue’s Secret Society. Ed Xiques quien tocó en la Big Band de Thad Jones/Mel Lewis y está ahora en la Westchester Jazz Orchestra y George Barrow, quien tocó en la orquesta de Oliver Nelson.
Otros grandes multi-instrumentalistas que doblan regularmente en el barítono como parte de su trabajo multi-cañas incluyen al inimitable Scott Robinson con la Orquesta de Maria Schneider, los multi-instrumentalistas Vinnie Golia y el versátil Howard Johnson, cuyo instrumento principal es la tuba.
Un gran agradecimiento va para Andrew Hadro y su JazzBariSax.com, que fue una fuente invaluable para este artículo y todo lo relacionado con el saxofón barítono.
Aquí van mis 25 más grandes solos de jazz en el saxofón barítono en un aproximado orden cronológico:
Donde todo se inicia, el maestro:
1. Harry Carney: en vivo en Copenhagen, Dinamarca, con la Orquesta de Duke Ellington (1965-1971): “Sophisticated Lady”
Serge Chaloff: de Blue Serge, 1956, con LeRoy Vinegar (b), Sonny Clark (p), Philly Joe Jones (dr) “All the Things You Are”
Lars Gullin: con Rune Ofwerman (p), Bengt Carlson (b), Nils-Bertil Dahlander (dr), 1957 “Lover Man”
Jerome Richardson: de Roamin’ with Richardson, 1959, con Richard Wyands (p), George Tucker (b), Charlie Persip (dr), “I Never Knew”
Leo Parker: del álbum Rollin’ with Leo con Dave Burns (tpt), Bill Swindell (T sax), Johnny Acea (pno), Al Lucas (db), Wilbert Hogan (dr), 1961 “Bad Girl”https://www.youtube.com/watch?v=Gu0kRPWxhgk
Gerry Mulligan: con Paul Desmond (as), Wendell Marshall (b), Connie Kay (dr) 1962 de Two of a Mind, “Stardust”
Sahib Shihab: de And All Those Cats, de 1965 con Francy Boland (p), Jimmy Woode (b), Kenny Clarke (dr), Fats Sadi (bongos & vibes), Joe Harris (perc) “Bohemia After Dark”https://www.youtube.com/watch?v=76eqGoNjAYs
Sahib Shihab & Cecil Payne: con the Dizzy Gillespie Reunion Band en Copenhagen, Dinamarca 1968 “Ray’s Idea”
Pepper Adams: En vivo en Baltimore, septiembre de 1969 con Duke Pearson, Richard Davis Mel Lewis y Richard Williams: “Billie’s Bounce”
Hamiet Bluiett: en vivo con la Charles Mingus Band en noviembre de 1972 Berlín, Alemania con Joe Gardner (tr), John Foster (p), Charles Mingus (b) and Roy Brooks (dr). “Peggy’s Blue Skylight”
Cecil Payne: en vivo en Nueva York en Jack Klinesingers Jazz Tributo a Charlie Parker 1973 con Ted Dunbar (g), Richard Davis (b) y Roy Haynes (dr) “Koko”
Gerry Mulligan/Chet Baker Band en vivo en el Carnegie Hall 1974 : con Bob James (p), John Scofield (g), Ron Carter(b), Dave Samuels (vib), Harvey Mason (dr) “Bernie’s Tune”https://www.youtube.com/watch?v=tXpbMa4ESPw
Gerry Mulligan: en vivo con The Charles Mingus Band con Charles Mingus (b), George Adams, (ts), Don Pullen(p), Jack Walrath (tr), Dannie Richmond (dr) Benny Bailey (tr) en vivo en Montreal, 1975 “Take the A Train”
Nick Brignola and Pepper Adams: de Baritone Madness 1977 with Dave Holland (b), Derek Smith (p), Roy Haynes (dr) “Donna Lee”.
Roger Rosenberg: en vivo con la Bob Mintzer Big Band en Berlín 1987 y octubre de 2014 en Pittsburgh
Joe Temperley: En vivo con The Buck Clayton Orchestra 1988 “Angel in Blue”
El Ensamble de saxofones de mis estudiantes realizó ayer su primer concierto, navideño y de fin de año.
El programa incluyó algunos villancicos, arreglos sencillos para grupo de saxofones y obras de Piazzolla, The Beatles y más.
Me siento feliz y orgulloso de lo logrado entre estudiantes aficionados, cada cual encontrando tiempos de práctica fuera de sus actividades laborales y familiares. ¡Incluso ya les han preguntado si podemos presentarnos en otros lugares!
Para este año los desafíos incluyen nuevo repertorio, ensayos diferenciados entre obras simples y otras de mayor complejidad, de manera que todos (iniciados y más avanzados) tengan espacio de interpretar música de su nivel. Otro desafío es incorporar mayor variedad de saxofones (en este concierto tuvimos un tenor, un barítono y ocho altos), lo que aportará mayor color y profundidad al trabajo realizado.
Este ensamble surge como una alternativa pedagógica y artística complementaria a las clases particulares del instrumento. Es un espacio voluntario, donde los estudiantes ponen en práctica lo aprendido en las clases individuales y experimentan el desafío y placer de hacer música en conjunto.
Aprender a escuchar al otro mientras se escucha a uno mismo, trabajar en equipo, tomar acuerdos, protagonizar y acompañar, son algunas de las habilidades que se desarrollan al calor de la experiencia única de hacer música.
Saxofones. Desde la izquierda: soprano curvo, alto, tenor y barítono
Usualmente personas que quieren comenzar a estudiar me preguntan con cuál saxo es mejor partir. Como la mayoría de los profesores, recomiendo el alto, pero a veces ocurre que quien pregunta ya tiene una preferencia distinta (usualmente tenor o soprano).
Como la pregunta se repite a menudo, copiaré la última respuesta a una persona que me preguntó por qué no tenor:
Hola Alberto:
Antes que nada, me gustaría que tomes mis recomendaciones solo como opiniones de un profesor, sin mayor interés que aportar a un buen comienzo para tu proceso de aprendizaje. Cualquiera sea el saxofón que decidas comprar será una inversión importante y en definitiva creo que debes decidir en base a lo que tú quieres. Sin perjuicio de ello, te cuento que recomiendo el alto por varias razones, que van desde lo doméstico a lo pedagógico. Así, creo que lo ideal sería que tomes en cuenta los puntos que detallo a continuación, poniéndolos en la balanza contra tus preferencias: si encuentras que estas no son tan radicales, quizás te convendría seguir mi sugerencia. Pero si estás enamorado del sonido del tenor, quizás decidas que quieres elegirlo y así lograr una mayor motivación. Una decisión libre e inteligente debería tomar en cuenta ambos factores.
Un saxofón alto suele ser más barato que un tenor de las mismas características (marca, modelo). Asimismo los accesorios (boquilla, cañas, etc.) son de menor precio.
El saxofón alto es más portable que el tenor (aunque al tomar los estuches parece ser muy similar, luego de caminar algunas cuadras la diferencia se empieza a notar).
Si decides comprar de segunda mano, en general será más fácil encontrar altos que tenores en buenas condiciones.
La mayor parte del repertorio pedagógico está pensado para alto.
El trabajo de emisión con el alto implica un registro grave (que “abre la puerta” al tenor) y un registro agudo (que “abre la puerta” al soprano). Si partes con tenor tu emisión de agudos no tendrá la misma calidad; si partes con soprano la emisión del registro grave es prácticamente nula. Entonces, el alto sirve mucho mejor para aprender “saxofón” (es decir acercarse a la familia entera) que los otros exponentes. Lo dicho en este punto vale tanto para lo que tiene que ver con posición y trabajo de laringe como de labios.
Aparte de lo mencionado en el punto anterior, no recomiendo soprano para partir por las siguientes razones:
En los sopranos las diferencias de calidad entre marcas, modelos y fabricación en general se tienden a acentuar mucho más que en los demás saxofones. Así, mi recomendación siempre es que si uno se va a comprar un soprano, debería ser de excelente calidad (nivel intermedio o profesional), pues tanto la afinación como la mecánica tiende a ser muy deficiente en los modelos económicos.
La embocadura del soprano suele ser algo más más presionada, de manera que produce mayor cansancio; en labios no entrenados esto puede notarse mucho.
Por las dos razones anteriores, el soprano suele ser un instrumento mucho más sensible a las manipulaciones o imperfecciones en la técnica del intérprete. Entonces, el proceso de aprendizaje inicial estará habitualmente cruzado por severos problemas de afinación.
El soprano, pese a ser objetivamente el más liviano de los cuatro saxofones habituales, resulta ser uno de los que más peso lleva al ser tocado, pues en la práctica son los pulgares los que sostienen el instrumento mientras tocas (a diferencia de los otros saxofones, donde se sostiene con un colgador (llevando el peso en el cuello) o arnés (repartiendo el peso en la espalda). Esto produce cansancio más rápido en las manos y brazos.
Sin perjuicio de lo anterior, para niños y niñas de estatura y contextura promedio menores de 8 a 9 años, mi recomendación es el soprano curvo, llegando a una solución de compromiso: se sacrifica el trabajo del registro grave y las dificultades de afinación, pero se protege un bien mayor, a saber: la salud física del niño o niña, pues con un arnés termina siendo un instrumento liviano y que no daña su columna.
Solo reiteraría que estas reflexiones son solo un punto de vista. Yo mismo partí con un tenor muy viejo y desvencijado, pero con un bello sonido. No tenía nada de ganas de cambiarme a un alto, pero con el tiempo agradecí la orientación de mi maestro de entonces, pues aunque aun me gusta más el sonido del tenor que del alto, he terminado por comprender que efectivamente era la mejor opción.
Espero que esta información te sirva para tomar una decisión con más elementos sobre la mesa. Te felicito por preguntar antes de comprar; recibe un saludo cordial de mi parte,
A diferencia de la compra de un saxofón nuevo, donde uno sabe que no debería haber grandes sorpresas (al menos en las marcas de mejor calidad), cuando uno se enfrenta a un instrumento con historia de uso, es necesario examinar bien y tener muy en cuenta el precio de compra antes de tomar la decisión. Por ejemplo, si tengo frente a mí un buen saxofón pero con algunas zapatillas en malas condiciones o a punto de necesitar un cambio, lo que debo evaluar es si el precio de venta sumado al de dicha reparación sigue haciendo de esa una compra conveniente. Es decir, que sea necesario hacer uno o dos ajustes no debería ser motivo de rechazo del instrumento, a menos que esté en su precio tope.
Es importante destacar que siempre deberías tratar de conseguir el mejor saxofón que permita tu presupuesto. Un instrumento en malas condiciones afecta a tu aprendizaje, a tu técnica y también a la motivación que puedas tener: es muy difícil perseverar si tienes un saxofón que no responde adecuadamente.
Un punto importante es que la evaluación se debería siempre realizar con tu boquilla y caña, con las que te sientas cómod@ y conozcas bien, de manera que efectivamente se evalúe al instrumento y no dichos accesorios, pues habitualmente las boquillas que vienen con los saxofones de segunda mano no son profesionales o pudieran no ser adecuadas al estilo y manera de tocar de cada un@.
No olvidar: en http://www.facebook.com/saxosyflautas tenemos algunos saxofones que ya han sido chequeados y puestos a punto para ser tocados y disfrutados.
CRITERIOS DE RECHAZO
Primero, veamos cuándo es mejor no evaluar la compra de un saxofón de segunda mano. Para mí algunos criterios de rechazo inmediato son:
Abolladuras severas en el tudel o en la parte alta del instrumento: afectan de manera importante al sonido y habitualmente son difíciles y por tanto caras de reparar. Las abolladuras pequeñas en la campana o incluso en el codo del instrumento, en tanto no dificulten el cierre de ninguna zapatilla, tienen más una desventaja cosmética que de funcionamiento.
Tudel inexistente o de otro instrumento: el tudel es una de las partes más importantes del instrumento en cuanto a afinación y sonido, de manera que prefiero pasar de los “Frankenstein” en este punto. Mención aparte es el caso de los instrumentos de gama alta, en que los fabricantes a veces producen tudeles especiales para ellos.
Cualquier rotura en el tubo del instrumento. Si hay algún parche o soldadura, sólo se justificaría en caso de que esté a un precio realmente increíble.
Señales de corrosión severa.
Relacado. Hay una gran controversia respecto de la utilidad o daño de relacar un saxofón. Personalmente, prefiero unas cuantas rayas, desgaste o marcas de uso a una intervención de esa magnitud en un buen instrumento.
Tubo torcido. Por alguna razón, esto es más frecuente en algunos sopranos que aparentemente fueron muy mal utilizados.
En el caso de instrumentos de prestigio reconocido (Yamaha, Selmer Paris, Yanagisawa), no debería haber problemas con producir un Fa# (es decir el La real a 440hz), con una boquilla decente en algún punto cómodo del corcho del tudel. Si esto no ocurre, es necesario examinar detenidamente, porque nos podríamos encontrar con un tudel intervenido, no original, o algún problema mayor en el instrumento.
Si el saxofón pasó los primeros criterios de rechazo sin problemas, podemos hacer un examen más detenido:
INSPECCIÓN OCULAR
Lo que observemos tiene matices, de manera que es adecuado evaluar con criterio y teniendo en cuenta el precio de venta:
Miramos si hay señales de corrosión en las chimeneas (donde las zapatillas cierran)
Señales de reparaciones deficientes (por ejemplo, soldaduras mal hechas, marcas de herramientas, llaves o postes resoldados o reemplazados por piezas no originales, etc.)
Buscamos señales de haber sido desabollado y evaluamos cómo fue el daño y la correspondiente reparación.
Vemos que las llaves lleguen a las chimeneas en un buen ángulo (es decir, que las llaves no estén dobladas)
Revisamos el estado de las zapatillas y evaluamos necesidad de cambios en función del precio de venta.
AFINACIÓN
Asumiendo que quien está leyendo este artículo está en fase de aprendizaje y teniendo en cuenta que no existe un saxofón 100% afinado (salvo los saxofones MIDI), no es esperable que ante una prueba con afinador electrónico el instrumento suene irreprochable, pero es bueno revisar la afinación de algunas notas clave: una vez que se haya fijado la posición de la boquilla para un Fa# a 440Hz, revisa las siguientes notas que tienden a presentar problemas: Do# medio, Re medio, Re# medio, Do# agudo. Tanto las notas graves (de Re hacia abajo) como agudas (Re agudo hacia arriba) deberían revisarse con afinador solo si quien hace la prueba sabe que efectivamente es capaz de tocar en dichos registros de manera afinada.
MECÁNICA DEL INSTRUMENTO
Si se está revisando un instrumento de alguna de las marcas antes reseñadas, no debería haber serios problemas de ergonomía. De todas maneras, parece ser que la tendencia es que mientras más moderno y profesional es el instrumento, más cómodos se sienten los dedos al trabajar en él. De todos modos, en cuanto a ergonomía, yo revisaría:
Mecanismo del meñique izquierdo y verificar que tu dedo meñique es capaz de llegar a todas las llaves (especialmente Sib grave).
Llave de octava: su posición en los instrumentos actuales es diagonal mirando a la derecha desde la perspectiva del ejecutante. Las verticales (o mirando a la izquierda) resultan muy incómodas para el trabajo del pulgar.
Llaves de la palma (mano izquierda). Algunos saxofones las traen muy alejadas o en posiciones que resultan poco cómodas, especialmente para manos pequeñas.
Fa# (costado). Esta llave suele ser más cómoda si su largo está vertical (em el sentido del tubo), pero hay quienes la prefieren horizontal.
Distancia de las llaves en relación con la constitución de la mano. He tocado algunos saxofones (tenores en general) que traían la llave de Re grave bastante separada de las otras. Si piensas tocar todos los días y no tienes manos grandes, esto podría ser incómodo.
Otros aspectos mecánicos:
Todas las llaves se deberían devolver luego de soltarlas, de manera rápida y sin ruidos metálicos (esto se debe habitualmente a la ausencia de algún pequeño fieltro o lámina de corcho donde hacen contacto los metales).
La resistencia de las llaves debería ser regular, con un “peso” homogéneo.
La resistencia o “peso” de las llaves no debería ser demasiado floja, ni demasiado dura.
La distancia entre las llaves de un juego y sus chimeneas debería se regular, no demasiado altas o bajas.
Los rodillos deben girar.
No debería haber juego en los postes de las llaves.
Si tocas un Fa, Mi, Re y Do graves con la llave de Sol# presionada, las notas deberían escucharse igual que si no lo estuviese.
Prueba las diferentes digitaciones de Sib medio y verifica que todas funcionan.
El octavador del tudel debería funcionar correctamente cuando digitas el La agudo, cambiando al del tubo cuando digitas el Sol agudo de manera automática, sin “rebotes”, sin quedarse cerrado.
Una buena prueba es tocar una escala cromática descendente ylentamente, sin apretar las llaves en exceso, atendiendo a cualquier resistencia o cambios de volumen en notas o registros específicos. Este ejercicio debería hacerse piano (y mejor aún, pianísimo). Si llegas cómodamente a un Sib grave piano, puedes confiar en que las zapatillas hacen un trabajo al menos suficiente.
IMPRESIÓN SUBJETIVA
Aquí es donde se ponen en juego los factores más complejos de evaluar. Toca alguna pieza que conozcas, o al menos una escala con la que estés familiarizado: ¿Te sientes bien con la sensación del instrumento? ¿Te gusta su sonido? ¿Es cómodo o te resulta extraño? ¿Es la calidad del sonido la misma en todo su registro? En este punto nadie es más experto que quien hace la prueba. De todas maneras, si tocas saxofón alto y estás comprando un soprano o un tenor (y nunca los has probado), es muy esperable que no te sientas cómodo ni con el tamaño de la boquilla ni con su sonido. Puedes pedirle a alguien de confianza que te acompañe y que te comente cómo escucha el instrumento desde su perspectiva. Si tu profesor o algún saxofonista te puede acompañar, ¡tanto mejor!
Si leíste hasta aquí, gracias por tu paciencia. Si tienes cualquier comentario o sugerencia, serán muy bienvenidos para enriquecer este artículo y así contribuir a que más personas se inicien en el saxofón con placer.
A menudo las personas que quieren comenzar a estudiar saxofón o flauta traversa me preguntan cuál es el mejor instrumento para partir. La respuesta a esa pregunta es compleja, pues antes que nada es necesario definir cuánto se puede (o se quiere) invertir en el instrumento. Así, si el presupuesto no es problema, la mejor alternativa es siempre comprar nuevo, lo mejor disponible.
Hay personas que piensan que un buen instrumento es solamente para profesionales y, desde ese punto de vista, no sería bueno comprarlo si uno aún no sabe tocarlo. Creo que ese enfoque es erróneo: un saxofón o una flauta traversa de buena calidad y que esté funcionando impecable es siempre el mejor punto de partida. A veces me he encontrado con saxofones que son tan mal construidos y deficientemente afinados que tratar de hacer que funcionen correctamente es como pegarse cabezazos contra la muralla .
Volvamos al tema de los costos. Por ejemplo, los saxofones altos de estudio Yamaha nuevos están actualmente a alrededor de $ 1.000.000 (poco menos de USD 2.000), lo que los hace quedar fuera de alcance para muchos. Siempre está la opción de comprar instrumentos de bajo costo (habitualmente chinos), dentro de los que hay de diversas calidades. Algunos instrumentos de un rango de precios cercano a 1/3 de lo referido arriba pueden funcionar para iniciar el estudio, pero hay que tener en cuenta que son de calidad y tiempo de vida útil no comparables.
Otra opción es comprar un instrumento usado. Aquí me gustaría ser claro: si el instrumento era de buena calidad cuando estaba nuevo, puede ser una alternativa muy conveniente, pero si ya era malo nuevo, mejor no plantearse seriamente la opción de gastar dinero en ello. Los instrumentos usados de buena calidad tienen la ventaja de que en la reventa en general no se pierde dinero (o se pierde muy poco), suelen durar mucho más que los de baja calidad nuevos y en general permiten un acercamiento óptimo al aprendizaje, por un costo bastante menor que el de uno nuevo (por ejemplo, los mismos saxofones altos Yamaha de estudio se encuentran usados en buenas condiciones usualmente entre los $ 500.000 y los $ 700.000, es decir entre un 50% y 70% del valor nuevos).
Aquí la dificultad es que hay que fijarse bien en que el instrumento esté en buenas condiciones. Esto no es tan fácil, pues habitualmente quien no sabe mira solo el brillo o las rayas que, en definitiva, tienen una importancia relativa, solamente cosmética. Uno o dos detalles que reparar no deberían constituir un argumento para descartar un instrumento, en tanto dichas reparaciones sumadas al precio de venta, sigan haciendo de la compra algo conveniente. Así que en caso de pensar en la compra de un saxofón o flauta traversa usados, es mejor asesorarse, idealmente por quien vaya a ser el profesor o profesora del instrumento.
Hay portales de avisos en línea y periódicos que publican buenas oportunidades. Una opción donde se venden instrumentos usados de buena calidad y a precios justos es: http://www.facebook.com/saxosyflautas
Quedo atento a comentarios, dudas y sugerencias. Si las hacen en este mismo espacio las respuestas pueden servir a otros.
En este corto período de prueba del nuevo sitio integrado al blog, he recibido varias consultas respecto a modalidades y precios de las clases.
Actualmente trabajo haciendo clases de saxofón y flauta traversa con Método Suzuki en dos lugares: mi taller privado y la Escuela de Música Suzuki.
Si la persona que busca las clases es adulta, recomiendo tomar las clases en mi taller: dispongo de algunos horarios disponibles y el lugar se adecúa más a una situación de clases de adultos. Aquí las clases se organizan de a una sesión individual semanal, de una hora de duración.
Si, por el contrario, quien busca clases es niño o adolescente, creo que la mejor opción es que vaya a la Escuela de Música Suzuki, donde existe una comunidad de aprendizaje: esto significa que el niño o niña tendrá dos clases semanales: individual grupal, además de la participación en conciertos periódicos, la posibilidad de tocar con otros niños y niñas en su mismo instrumento y armar ensambles con piano u otros. Es un ambiente mucho más adecuado para el aprendizaje infantil y juvenil, pues se desarrolla interacción con la familia y se aprende tanto del espacio individual como de los otros. Cuando escriban o llamen, es importante que mencionen que vieron la información en mi sitio.
En la página de la escuela pueden encontrar una breve introducción al Método Suzuki; de todos modos si alguien quiere más información o le gustaría enterarse directamente cómo funciona, lo invito a escribirme o llamar por teléfono (en las tardes): toda la información de contacto aparece en la página de inicio.
Desde hace dos semanas estoy impartiendo un curso de Música y Campanas en el ambiente Montessori, en el Centro de Estudios Montessori.
Ha sido todo un desafío: hace mucho tiempo que no hacía cursos grupales para adultos. Además es un seminario que requiere bastante planificación, pues no está diseñado previamente con este formato (15 horas, dividido en 10 sesiones).
El enfoque Montessori plantea que en un ambiente preparado para el aprendizaje de niñas y niños, debería haber tanta música (y en similar calidad) que matemáticas o ciencias. Sin embargo, en la dura realidad nos topamos con algunos inconvenientes: las guías de salón tienden a temer un poco a enfrentar el área musical (“soy desafinad@”, “no tengo dedos para el piano”, “engo oreja de tarro”); los especialistas en Música que trabajan en ambientes Montessori habitualmente no son guías Montessori (“¿Para qué voy a estudiar eso?”) y para mayor abundancia, el material específico del área casi nunca está presente (“es demasiado caro, con esa plata compro otras cosas más importantes”).
Así las cosas, naturalmente este curso tiene una matrícula pequeña. De todos modos, ha sido una bella oportunidad de contactarme nuevamente con el material y de revisar qué materiales y estímulos musicales puedo i agregando en mi ambiente.
En los siguientes días iré publicando algunas cosas que le puedan servir a los estudiantes del curso y a quienes estén interesad@s en el tema.